I. A. Ireland

Final para un cuento fantástico

―¡Qué extraño! ―dijo la muchacha, avanzando cautelosamente―. ¡Qué puerta más pesada! ―La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.

―¡Dios mío! ―dijo el hombre―. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos ha encerrado a los dos!

―A los dos no. A uno sólo ―dijo la muchacha. Pasó a través de la puerta y desapareció.

***

***

(fragmento de la novela El joven Nathaniel Hathorne)

Como en cierto modo esta que intento contar es una historia de impostores y de incertezas, me desviaré un poco para hablar también aquí de este otro escritor incierto.

Antes de cada cuento de la antología, Borges, Bioy y Ocampo dedican unas pocas líneas a presentarnos a su autor. El pequeño comentario biográfico sobre I. A. Ireland nos lo muestra como un erudito inglés, autor de libros como el plausible A Brief Story of Nightmares (1899), el más sospechoso Spanish Literature (1911) y el ya declaradamente imposible The Tenth Book of the Annals of Tacitus, newly done into English (1911), imposible porque los libros siete, ocho, nueve y diez de los Anales de Tácito no se conservan.

No es la única pista que tenemos sobre la impostura del enigmático I. A. Ireland: también se nos informa de que es (o, al menos, de que él decía ser) descendiente de William H. Ireland, un poeta, escritor de novelas góticas y coleccionista de libros que provocó un escándalo en el mundo literario de la Inglaterra de finales del siglo XVIII con el presunto descubrimiento de unos manuscritos de Shakespeare (cartas a Anne Hathaway y a la Reina Elizabeth, los originales de Hamlet y El rey Lear, e incluso una obra inédita: Vortigern and Rowena) con los que engañó a buena parte de los expertos de su época, incluido su propio padre, así como al prominente crítico James Boswell, y que, al fin, se descubrió que eran falsificaciones urdidas por él mismo.

Esta irónica mención a un antepasado falsificador nos podría hacer sospechar que I. A. Ireland es también una falsificación: que no existe, que se trata del seudónimo con el que Borges y Bioy firman un microcuento escrito por ellos mismos.

Todo esto parece corroborarlo la aparente escasez de pruebas sobre la existencia real de I. A. Ireland: por un lado, no puede localizarse en ningún sitio (ni en aquella época, cuando lo intenté a través de los catálogos universitarios de Bowdoin, ni actualmente, cuando he vuelto a intentarlo a través de nuestro oráculo contemporáneo Google) ninguna referencia a un ejemplar real de ningún libro de I. A. Ireland, ni siquiera a aquel del que, según Borges y Bioy, fue extraído el cuento: Visitations (1919); por otro lado, las pocas informaciones biográficas que pude encontrar sobre este impreciso escritor parecen tener como fuente directa o indirecta la nota de Borges y Bioy, acogida con tierno candor por los pocos expertos en literatura fantástica que se han interesado en el texto.

Existe, sin embargo, una aparición que puede hacernos dudar: en la última página del primer número de la recóndita revista pulp norteamericana Avon Fantasy Reader (febrero de 1947) encontramos un cuento titulado «Climax for a Ghost Story», firmado por I. A. Ireland, sin ninguna información sobre el autor ni sobre el libro del que ha sido obtenido el relato. Esta revista, como muchas de su género en aquellos años, acostumbraba a mezclar cuentos de autores contemporáneos, cuentos antiguos de autores clásicos de fantástico o de ciencia ficción, y cuentos escritos por encargo, casi al peso, y a menudo firmados con seudónimo. ¿Fue «Climax for a Ghost Story» rescatado, como otros cuentos de la revista, de las catacumbas del relato fantástico de principios del siglo XX o fue insospechadamente robado de la antología de Borges y Bioy, publicada en Argentina siete años antes? Sólo una búsqueda exhaustiva que localizara a los editores de aquel número (si aún siguen vivos) o que revisara los archivos originales de la revista (si aún se conservan) nos permitiría averiguarlo.

A mí no me ha sido posible llegar tan lejos; en estos momentos, por lo que a mí respecta, I. A. Ireland es una especie de gato de Schrödinger literario: es, al mismo tiempo (y hasta que alguien abra la caja) un autor desconocido de finales del siglo XIX y principios del XX que ha escrito, entre otros, un libro titulado Visitations, imposible de encontrar hoy en día pero que en su momento fue leído por unas pocas personas: algunas de ellas tradujeron y publicaron en español uno de sus relatos veintiún años más tarde, tal vez inventando para ese autor remoto una irónica biografía; otras recuperaron el mismo cuento para una revista pulp un poco más tarde; pero I. A. Ireland también es el autor que inventaron (que acaso descubrieron, si la literatura es una ficción eterna, colectiva, preexistente) dos escritores argentinos para firmar ese hermoso microrelato, y gracias a su invención el nombre cobró vida y empezó a figurar como autor real en revistas y antologías y ensayos sobre cuento fantástico y microcuento.

24 comentarios en “I. A. Ireland

  1. Hola! el microcuento de Final para un cuento fantástico estaría perfecto para agregarlo a una Antología literaria del ministerio de Educación de Chile. cabe la posibilidad de que nos otorgues ese permiso, por favor? obviamente, en caso de que la licitación sea aprobada, se pagarán los derechos pertinentes de publicación. Quedo atenta.
    Ante cualquier duda o aviso, por favor, me notificas vía mail al rociogomezfierro@gmail.com

    Saludos!

  2. No existe esa biografia… Se cree que fue un seudónimo usado por un o un par de escritores. Borges y Bioy solían hacer eso a menudo, era como una broma para ellos.

  3. ¿Cuál es el echo pantastico que inrrumpe la narración?
    ¿Por qué no condice con las leyes naturales?
    ¿En que situación queda el personaje que acompaña a la muchacha?

  4. El cuento aparece en las Obras completas de Borges (volumen IV, pág. 301). Forma parte de uno de los artículos que Borges escribía para una revista de Buenos Aires y lleva la fecha 9 de julio de 1937 (por tanto, no puede haber sido copiado de una revista de 1947).

    Borges dice que lo traduce de una antología de cuentos fantásticos: «The haunted omnibus», de Alexander Laing. La antología existe (hay ejemplares a la venta en Internet) y es poco probable que Borges esté inventando ya que se trata de un artículo de crítica literaria, no de una ficción. Tampoco parece que Bioy esté involucrando en esto, excepto si, con posterioridad, han fantaseado sobre la identidad de I.A. Ireland, como se dice en esta página (aunque se omite la fuente).

    Lo importante, en cualquier caso, es que es un cuento excelente. La primera vez que lo leí me causó un escalofrío.

  5. Parece que el cuento forma parte realmente de «The haunted omnibus». La biografía del autor en la «Antología fantástica» sí tiene todas las trazas de ser una broma de Borges y Bioy. Por otra parte, parece que Borges ya incluía pequeñas bromas en sus artículos de los años 30.

    Todo lo anterior se puede encontrar en esta página:

    Haz clic para acceder a Zavala_0.pdf

    • Hola, Francesc:
      En efecto, *The Haunted Omnibus* existe y acabo de comprobar que está disponible en línea:
      https://archive.org/details/dli.ministry.13799/mode/2up
      «Climax for a Ghost Story» no aparece en el índice, pero sí figura en el libro, al final del relato de May Sinclair, en la página 377. Pasa a ser la aparición más antigua, así pues, que tengo localizada de este relato, anterior a la *Antología* de Borges, Bioy y Ocampo de 1940 de la que hablo y a la revista de 1947 (no dije nunca que el cuento hubiera podido ser copiado por Borges de la revista, ya que la *Antología* es siete años anterior, en todo caso habría podido ser al revés, aunque ahora ya es seguro que no).
      Todo apunta, así pues, a que el relato no fue inventado por Borges, aunque la biografía de I. A. Ireland sin duda sí que es ficticia. En todo caso, I. A. Ireland sigue siendo una figura bastante fantasmal, no hay apenas referencias a él que no estén vinculadas a los datos biográficos que aparecen en la *Antología*, y el único otro texto que le conozco también aparece mencionado en un libro de Borges, me pregunto si en esta ocasión será inventado o no.
      ¡Muchas gracias por el comentario, siempre es un placer ir desentrañando estos misterios literarios!
      Víctor

  6. Muchas gracias! Yo no había sido capaz de encontrarlo. He leído el cuento de May Sinclair y, puesto que «Climax…» no aparece en el índice, creo que es razonable entender que forma parte del relato anterior y que I.A. Ireland es simplemente una creación de May Sinclair. El contenido de «Climax…» resulta coherente (o, al menos, compatible) con el de «Where their fire is not quenched». La protagonista consigue liberarse del destino a que había sido condenada. Pero como esto parece una ruptura absoluta con el fatalismo del relato, había que exponerlo de forma ambigua, como si fuera otro cuento distinto…

    Es interesante también el hecho de que «The haunted omnibus» se publicó el mismo año (1937) en que Borges publica su reseña. Es evidente que en Buenos Aires estaban bien informados de todas las novedades literarias.

    • Hola, Francesc:
      No creo que «Climax…» sea obra de May Sinclair. En *Uncanny Stories*, el libro de cuentos de May Sinclair en el que apareció publicado «Where their fire…», el relato de I. A. Ireland no aparece, al menos en las ediciones que he podido consultar en Internet Archive y en Project Gutenberg. En la edición española (Vida y muerte de Harriet Frean / Cuentos extraños, Alba Editorial), que tengo en casa, tampoco aparece el microcuento de Ireland después de «Donde su fuego…».
      Yo creo que en el caso de *The haunted omnibus* debió de ser el editor el que lo colocó allí, probablemente por los motivos que apuntas, porque encaja bien con el final del cuento de May Sinclair y permite una reinterpretación de su final. Curiosamente, este procedimiento me parece bastante borgeano, ya que una de las cosas que caracterizaban las antologías que prepararon Borges y Bioy es que en ocasiones su intervención como antólogos tendía a buscar la creación de nuevos efectos a partir de la relación de los textos seleccionados entre sí.
      Ahora la duda sería de dónde sacó Alexander Laing el microcuento de Ireland. No descartaría que fuera creación suya, ya que también era escritor de fantástico, aunque es algo que tendré que investigar, no lo conocía hasta que me has descubierto la existencia del The Haunted Omnibus. El misterio de cómo la revista *Avon Fantasy Reader* llegó al cuento de Ireland, en cualquier caso, ya está resuelto: no fue a través de la *Antología* de Borges y Bioy (lo que me traía bastante loco), sino de la antología de Laing en la que apareció primero.
      Saludos!

  7. De forma más sencilla se podría decir que «Climax…» es un final alternativo. El lector puede quedarse con lo que antecede al microcuento: «She pushed it open and came into the last corridor of Hotel Saint Pierre» o por el contrario con «… she passed straight through the door and vanished».

    También es curioso que si leemos «Climax…» sin conocer «Where the fire…» experimentamos una sensación de angustia. Si lo leemos después del relato principal (y pensamos que es su continuación) la sensación es la contraria: compartimos el alivio de la protagonista.

  8. Hola, Víctor,

    Tienes razón, yo también he encontrado «Uncanny stories» en el Project Gutenberg y, en efecto, me he llevado la sorpresa de que «Climax…» no aparecía al final de «Where their fire…». Se me había ocurrido la hipótesis de que el nombre «Ireland» fuera simbólico puesto que la independencia de Irlanda del Reino Unido se produjo en 1922 y «Uncanny stories» se publicó en 1923 (y que «Climax…» se puede interpretar como la «liberación» de la protagonista del relato anterior), pero su ausencia en la colección de relatos original hace que mi hipótesis pierda fuerza.

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